“Nadie puede retroceder y comenzar de nuevo, pero cualquiera puede comenzar hoy y crear un nuevo final” . Más o menos es la traducción de la frase que un amigo tiene en su Whatsapp, como presentación… La vi, la leí y la re leí y me gustó, así que la comparto.
Qué cierto es que no podemos retroceder en el pasado y
comenzar otra vez…sobre todo porque en nuestras fantasías queremos hacerlo con todos los conocimientos
que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida, justamente para no cometer “ese
preciso error” (singular o plural, como sea el caso) que nos llevó a estar como
estamos….
Y la pregunta entonces
surge, ¿Cómo estamos? ¿Acaso ese error no fue el que nos llevó a crecer y ser
como somos ahora? ¿No aprendimos justamente por equivocarnos y darnos cuenta? Sea
si o no la respuesta, somos ahora quienes somos y nuestro presente es
innegable.
Entonces ¿nuestro futuro? Eso es algo incierto, nadie puede saber qué va a pasar dentro de un año, un mes, un día, ni siquiera al salir de la puerta de su casa o después de terminar de leer este post.
Entonces ¿nuestro futuro? Eso es algo incierto, nadie puede saber qué va a pasar dentro de un año, un mes, un día, ni siquiera al salir de la puerta de su casa o después de terminar de leer este post.
Así que no
podemos recuperar el pasado, no podemos adelantarnos al futuro…Nos queda el
presente. Nuestra vida, nuestro día a día. Eso vale la pena mejorar. Quejarnos,
querer que nos den palmaditas en la espalda y sabernos tristes por un momento
es válido. Si necesitamos un tiempito para sentirnos
tristes y abatidos y quejarnos, está bien. Pero ojo, un Tiempito: unos
minutos, no horas, no días y mucho menos pasarnos la vida en eso, pues ¿de qué
nos sirve? ¿Qué cambia? No mucho en verdad. Mantenernos inmersos en un drama en
el cual nos posicionamos cómo víctimas, nos lleva a entrar a un círculo vicioso
en dónde constantemente necesitaremos personas que de alguna forma nos
mantengan dentro de esta situación. Se pierde mucho tiempo y energía en la búsqueda
constante de personas que coludan con nuestro drama. Lo peor es que no logramos
nuestro objetivo: Mejorar, ser felices, que nos quieran, etc.
Por eso, como
decía el pensamiento del título: Comencemos a crear nuestro final diferente. Lo
maravilloso de la vida justamente es que podemos moldearla. Al cambiar nosotros
cambiamos nuestra actitud hacia lo que nos rodea. Es como tener miopía y usar
lentes, cuando te los pones ves todo diferente. El entorno no cambia pero tu
forma de ver las cosas sí, al menos se ven más claras.
Puede que muchos
piensen “Suena bonito, pero no es fácil”, ¡Pero claro que no es fácil! Si fuese
así todo el mundo lo haría, las personas talvés vivirían más felices y es muy
probable que mis colegas y yo no tendríamos trabajo… Lo importante es que es
posible, con sus dificultades y sus incomodidades, pero posible. Al fin y al
cabo, los cambios no son fáciles.
Y entonces,
¿cómo se hace? Antes que nada, empecemos por aceptarnos como seres humanos, con
nuestras virtudes, debilidades, con nuestros aciertos y nuestros errores. Y
seamos sinceros más no verdugos de nosotros mismos. Luego, podremos ver más claro y saber qué es
lo que queremos cambiar. Poco a poco, con subidas y bajadas, pero disfrutando,
aprendiendo a ser feliz y aceptando ser feliz. Esa es la vida, con colinas no
es llana y la verdad no es tan mala.
La Dra. Kristin Neff en su último libro
explica la práctica de la autocompasión como una técnica para ayudarnos a afrontar
problemas de forma asertiva logrando volvernos resilientes.
Pautas para llevar la autocompasión a la
práctica:
- Ser amables con uno mismo: Solemos ser más duros con nosotros mismos que con los demás sobre todo cuando nos autocriticamos. La técnica de autocompasión propone que nuestros diálogos internos tengan la misma amabilidad como si aconsejáramos a uno de nuestros hijos o nuestro mejor amigo. Si esto implica acariciarnos, abrazarnos o tan solo mecernos como cuando éramos pequeños, hagámoslo. Esta es una forma de consolarnos a nosotros mismos, esto producirá en nuestro cuerpo un incremento en la oxitocina, la hormona responsable de nuestros sentimientos de amor. También ayuda escribir una carta como si el problema fuera de un amigo y luego leerla para uno mismo.
- Aceptarnos como seres humanos: Somos imperfectos como todas las demás personas, fallamos como los demás y necesitamos ser capaces de perdonar nuestros propios errores o no darles mas peso del que merecen. La sociedad actual nos llama a buscar la perfección. La obsesión con ser mejor que los demás y la comparación constante con otros nos lleva a una sensación continua de fracaso y frustración. El poder entender que todos pasamos por las mismas luchas emocionales y sentirnos parte de esta comunidad de seres imperfectos, va a ayudarnos a tener paz interior y esta es la base de la empatía y la compasión hacia otros. Lo que nos ayuda a disfrutar más cada aspecto de nuestra vida como la paternidad, la amistad, las relaciones amorosas, etc.
- Buscar el equilibrio emocional: Tratar de no juzgar. Ser lo más objetivos posibles en nuestras apreciaciones. Así lograremos alejarnos del drama y de la obsesión con nuestro dolor emocional.
“El ayer es historia, el mañana un
misterio, el día de hoy es un regalo, por eso le llaman presente”. - Eleanor Roosevelt
Muy interesante!
ResponderEliminarA veces cuesta pero más cuesta no hacer nada.
ResponderEliminarGracias por tu Reflexión compartida.
Al fin y al cabo
"Quien Renace de sus cenizas no muere en su propio infierno"
https://www.facebook.com/javier.valeroalvarez